miércoles, julio 26, 2006

Para Leer y Reflexionar

UN CANCER LLAMADO FARC
(Erwin Vargas Velásquez. Comunicador Social e Internacionalista. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá. Colombia. )
El diablo consagrando hostias es lo que se puede, con certeza, afirmar acerca de las actividades que adelantaba Francisco Antonio Cadena, alias “ El Cura Medina” o “Camilo” en Brasil, país donde se encuentra asilado. Aunque la prensa local usa el eufemismo de Jefe de Prensa de las Farc para referirse a “el Cura”, Cadena es graduado en homicidio, secuestro y terrorismo; sin contar su experiencia en tráfico de vidas humanas y armas cuando participaba en la farsa de los diálogos de paz en el Caguán.
Al igual que Sonia, Trinidad y Granda, “ El Cura” predicaba el odio contra el pueblo de Colombia, con sotana y báculo este criminal le lavaba el cerebro a los incautos brasileños que asistían a sus sermones. En Colombia dejó un rastro de sangre y dolor, muestra de ello son las masacres de Patascoy, las Delicias, los Girasoles y decenas de secuestrados que fueron el legado de quien hoy es presentado como un asilado político. Brasil no es la única nación en donde las Farc hacen presencia, Argentina, Perú, Bolivia, Venezuela y Paraguay también están invadidas por este cáncer.
Los paraguayos aún viven de cerca el mal que les dejó las Farc en cabeza de Orlay Jurado Palomino, miembro de la Comisión Internacional de este grupo criminal, quien fue gestor del secuestro y posterior asesinato de Cecilia Cubas Gusinky, hija del ex presidente Raúl Cubas. Jurado al igual que Granda en Venezuela, se dedicaba a entrenar aliados en Ecuador, Méjico y Paraguay para exportar la revolución narcoterrorista de las Farc por todo el sur del continente. Hoy lo requieren los organismos judiciales colombianos y paraguayos por terrorismo y secuestro, pero al parecer se refugió en Brasil, donde posiblemente usará la coca y el tráfico de armas como combustible para hacer que funcione el motor de la amañada ideología popular que proclaman las Farc.
Cadena y Jurado son criminales y deben ser tratados como tales, asesinaron, traficaron y secuestraron, esa es la realidad. América Latina no deben permitir que las Farc entren a sembrar el terror en sus pueblos, sus gobiernos no pueden ser neutrales con estos terroristas que tanto daño le han hecho al pueblo de Colombia. Es necesario, para garantizar la estabilidad en la región, que los latinoamericanos vean que las Farc son como el cáncer, aparece en cualquier lugar y su fin es la destrucción de quien tiene el infortunio de padecerlo .

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